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LÁGRIMAS DE COCODRILO
Muchas veces utilizo el símil del fútbol y la política. Son muy parecidos. Leyendo los comentarios de este site y los contenidos de muchos foros, se puede apreciar que muchos seguidores de una u otra opción política lo somos de corazón y no de cabeza. Apoyamos a nuestro equipo o partido incondicionalmente, nos ilusionamos o entristecemos y perdemos horas de sueño con sus encantos y desgracias como si la vida nos fuera en ello.
Pero por encima de nosotros están los "profesionales" del negocio, sean políticos con carné y cargo, o directivos, entrenadores y jugadores con contrato. Ellos ven las cosas de otra forma y juegan con nuestros sentimientos y desvelos sin piedad, a su antojo y beneficio.
Cuando el Valencia CF de mis amores contrató a Rafa Benítez, sacándolo de la Segunda División, y puso a su disposición un equipo que venía de ser dos veces subcampeón de Europa, creí que tal vez pudiera sentir los colores de la casa.
El Valencia de entonces y el de ahora tiene los mismos esperpentos en su composición social. Nada ha cambiado en ése aspecto. Una banda de impresentables que me ha hecho reflexionar más de una vez sobre la conveniencia de permitir que, los equipos de fútbol convertidos en sociedades anónimas, puedan continuar llevando el nombre de una ciudad o comunidad autónoma y representarlas internacionalmente. Pero eso viene de lejos.
El Valencia con Benítez ha ganado dos Ligas y una Copa de la Uefa...Pero no las ha ganado Benítez solo...Las ha ganado un equipo que Benítez dirigió bien. Romper ahora un contrato firmado hace sólo 4 meses y marcharse dejando al equipo que le dio la oportunidad de triunfar es una canallada...y como todas las canalladas que nos gastan a los sufridores del fútbol y la política, el motivo es el dinero.
No me impresionan a mi los lloriqueos de dolor en fútbol o en política. Creo que los profesionales en esos ámbitos suelen actuar y sobreactuar bastante bien, como los cocodrilos antes de devorar a su presa. Al fin y al cabo, un partido de fútbol, como decía Vázquez Montalbán, es un juego entre 22 millonarios en calzoncillos que van detrás de una pelota... Las lágrimas de los multimillonarios...son menos lágrimas...
Qué bonito sería el mundo si todos actuásemos de corazón y trabajásemos por defender nuestros ideales, en cualquier campo, con juego limpio, igual que explicaba hace semanas en aquel artículo de "¡Qué bochorno papi!".
No le deseo el mal a nadie, pero quiero hacer constar aquí que el Valencia tiene una maldición que transmite a los que lo abandonan. Ninguno de ellos ha conseguido triunfar fuera de nuestro equipo, especialmente en los últimos años. Acordaos del "Piojo", de Mendieta, de Cúper y muchos otros.
Buena suerte, señor Benítez, espero que le sienten bien las brumas británicas o los ardores turcos.
Y como siempre...¡Amunt Valencia!
Juan Hispano
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