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LA "ESPANTÁ"
Cuando alguien que manda sobre nuestros destinos, toma una decisión que no consigo entender o juzgo demasiado arriesgada, intento tranquilizarme siempre con el mismo pensamiento. “Él tiene más información que yo, debe saber lo que hace”.
Pero cada vez esa idea me calma menos, porque vistas las cosas que pasan y cómo pierden nuestros líderes el control de las situaciones, una de dos, o las dos: No se enteran de la misa la mitad, o no saben lo que hacen.
Cuando Bush Jr. decidió invadir Iraq pensé que era un suicidio político y que además podía comprometer seriamente la lucha anti-terrorista a escala global. Las razones eran múltiples, pero básicamente una, la misma que había hecho que no se derrocase a Saddam al final de la primera guerra del Golfo: No había una alternativa estable a la situación de partida. Incluso ganando la guerra rápida y brillantemente, el status final de la región sería peor que el inicial, ya que la mayoría shií quedaría controlada a largo plazo por el régimen hermano de los ayatolahs que gobierna Irán.
Además, en el camino, podían desintegrarse estados que ahora están cogidos con pinzas, como Siria y Turquía. Demasiados callejones sin salida y ninguna vía clara de éxito. Las guerras ya no son lo que eran. No se trata de ganar las batallas, las guerras se ganan con la paz.
Para colmo andaban por allí los franceses, cambiando petróleo iraqí por quesitos de la Vaca que Ríe. Mal asunto. Para lidiar con los franceses hay que tener las cosas muy claras. No en vano son el único país del mundo que ha perdido todas las guerras en las que ha participado, pero ha ganado todas las postguerras.
Los franceses, además, son los inventores del terrorismo de estado, lo inventaron durante la Revolución Francesa, y tienen los servicios secretos más secretos del mundo, porque son los únicos que no hablan con nadie y nadie habla de ellos jamás.. La DGSE no se corta ni un pelo. Cuando hizo falta colocarle una bomba a un barco de Green Peace que molestaba cerca de Muroroa, se la pusieron y punto. El presidente de la República lo explicó en el parlamento y todos tan contentos.
Bueno, con todo eso solo quiero decir que ganar la II Guerra del Golfo no estaba nada claro que fuera posible , por lo menos sin invadir Irán inmediatamente después de terminar con la resistencia militar Iraqí.
Estaba yo preocupado con aquello cuando Aznar se fue a las Azores. Mandan huevos. Podían salir mal mil cosas y con nosotros dentro, ya eran dos mil. Porque nosotros somos un factor de riesgo por méritos propios. Tenemos un país que va bien, que ha recuperado su influencia en las partes del mundo en las que está implantada nuestra cultura y eso escuece a muchos, especialmente a nuestros vecinos del norte que se llevan muy bien con los otros que tenemos en el sur y que siempre están haciéndonos cosquillas.
Pero fue el propio Aznar el que me puso la mosca detrás de la oreja con su hermetismo a la hora de tomar la decisión de ir a Iraq. Cuando en política te la juegas 2000 a 1 y no compartes con nadie el riesgo, es porque temes perder y no quieres implicar a los amigos en tu jugada.
Entre estar en las Azores y estar junto al eje franco alemán en aquel momento, Aznar tenía muchas opciones intermedias, que con seguridad los yankys habrían apreciado en igual medida porque estaban más solos que la una.
No pasó nada malo de forma inmediata, pero no por ello conseguí tranquilizarme. La parte estrictamente militar de la guerra de Iraq se ganó, pero las armas de destrucción masiva no aparecieron por ninguna parte. Malo. Ya había pasado la DGSE antes de que los marines llegasen.
Aún así se ganaron las Municipales con bajo coste electoral, pero yo estaba cada día más preocupado. La jugada de Aznar nos había dado más protagonismo mundial del que nunca tuvimos en los últimos 200 años y la Leyenda Negra se la habíamos pasado a los franceses (un día hablaremos de eso largo y tendido). Demasiado bonito para ser cierto. Pero el problema persistía y nos habíamos puesto en primera fila.
Cuando hay que repartir tortas, y tomarlas, los que están en primera fila son los que salen peor parados.¿Estábamos nosotros preparados para estar en primera fila? Pues ya hemos visto que no... A las primeras de cambio hemos protagonizado una “espantá” que deja tibia a la de los italianos en Guadalajara.
Sin embargo, las cosas nunca son de un solo color. Percibo que desde fuera , excluyendo a los partidarios acérrimos de Bush Jr, están apreciando el conjunto de una forma bien distinta a como la vemos aquí y hasta consigo atisbar una posibilidad de que nos toque la lotería. Pero el premio, si existe, no lo va a recoger ni Aznar, ni el PP.
El sorteo es a finales de este año, coincidiendo con las presidenciales americanas. Aunque como los del PSOE no se enteran de nada, esta semana han estado a punto de tirar todo por la borda.
Juan Hispano
P.S. Algunos artículos, como este, los veréis aquí 2 días después de publicados en www.minutodigital.com
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